Una vez cuando el príncipe de los sueños, en su viaje a través de los mundos llego a una ciudad de oro negro, que era tan grande y magnifica como nunca la vista del hombre ha llegado a ver; detrás de la ciudad se abrió un jardín como solo se encuentra en los versos de los poetas. El príncipe se sentó en los escalones del templo llenos de flores, cuales llevaban a un estanque. Las flores estaban disponiéndose para dar la bienvenida a su amada la luna que lentamente se levanto detrás de las montañas.
Al son de una suave música, una de las flores se abrió lentamente y de sus entrañas salió la princesa de las orquídeas, quién se presento al príncipe por medio de una danza de amor, en este instante apareció un mimo que despertó al príncipe para que viera su sueño. El príncipe y la princesa manifestaron su amor por medio de la danza, al terminar la princesa se fue por donde vino, pero antes, dejo una pequeña flor de sus vestiduras en el estanque de las maravillas; el príncipe acaricio la flor y percibió palabras extrañas que le describieron el camino de la suerte hacia la princesa de las flores del estanque de las maravillas. El comprendió al instante que para encontrar a la princesa debía juntar todos los elementos: el aire, el agua, la tierra y el fuego que viene del sol y las llamas que resplandecen en el taller de los mundos.
Amaneció, se abrieron las puertas del templo, el príncipe se escondió detrás de una roca, el mago tomo en sus manos un gran libro; el libro resplandeció en llamas, el mago robo una llama del libro y la arrojo a un lado creando una gran explosión, que dejo ver dos grandes candelabros encendidos por donde surgió un acróbata, saltando por aros de fuego hasta desaparecer.
El mago percibió que alguien lo observaba, hizo un ademán hacia la roca de donde surgió el mimo con dos corazones que mutuamente se entrelazaron para desaparecer al mago y mostrarle al príncipe el camino de la suerte que lo llevaría a la princesa.
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